Es más fácil dejar entrar a alguien a tu cama, que dejarse tocar un pedacito del alma, porque el alma, es esa aura que cuando alguien la toca, se transforma y dejarse tocar el alma es dejarse cambiar, entregarse de una manera tan brutal, que el hombre que te toca el alma tiene que ser el hombre adecuado, el hombre que realmente la aprecie, tal vez esa sea la definición del hombre ideal, el hombre que cuando te toque el alma, te transforme, a lo mejor eso es amar, entregarse por completo, a pesar del riesgo que eso significa, que te partan el alma, otra vez.
Si llegar a entender quienes somos es un ejercicio tan difícil como tratar de descifrar una complejisima ecuación matemática, entender quien es el otro se antoja una labor francamente imposible, ¿porque los que dicen amarnos hacen lo que hacen? ¿porque se permiten ser débiles o cobardes o traidores? ¿y nosotros? ¿que debemos hacer? ¿odiarlos por no cumplir con el ideal que nos hicimos de ellos,? ¿desterrarlos de nuestras vidas? ¿vengarnos? ¿cerrarnos en nosotros mismos para que no vuelvan a tocarnos el alma?
O tratar de entender que el otro al igual que nosotros, está lleno de contradicciones, de zonas luminosas y zonas oscuras, entendernos a nosotros mismos y comprender al otro, ¿perdonar o no perdonar? Esa es la verdadera cuestión.
Esto es parte de un guión, ¿alguien adivina donde aparece este texto?
2 comentarios:
En el guión de Las Aparicio 😊
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